miércoles, 18 de noviembre de 2009

LA ENTRADA EN ESCENA DE LA ADOLESCENCIA RURAL

Los jóvenes rurales han comenzado a hacerse más visibles en los últimos años a lo largo y a lo ancho de América Latina. ¿Por qué su invisibilización pasada?

El desafío de universalizar la educación secundaria lleva inevitablemente a avanzar sobre los espacios rurales, posicionando a los sistemas educativos en la necesidad de interactuar con un universo de adolescentes que se mantuvieron hasta ahora en la invisibilidad y de integrar en sus programas de estudio los contenidos específicos y cambiantes del mundo rural.

El deseo de autonomía de los jóvenes entra en contradicción con la posibilidad de ayudar al jefe de la familia a aumentar el bienestar económico del hogar.

Si bien se trata de un problema tradicional, la transición que atraviesan hoy las comunidades rurales estaría agudizando la tensión entre padres e hijos, tensión que se manifiesta en etapas cada vez más tempranas, desde la adolescencia.

Perdura una situación particularmente desventajosa para las mujeres en el mundo rural. En efecto, las mujeres de ambientes rurales suelen estar sobrecargadas de trabajo, tanto en el campo como en el ámbito doméstico, pero su aporte no se valora; son además las que sufren mayores restricciones para salir del hogar, tanto para actividades de ocio como para buscar oportunidades laborales.

Desde la niñez enfrentan intensas labores domésticas; frecuentemente, muchas devienen madres en la adolescencia temprana y carecen de información
sobre anticoncepción y prevención de enfermedades de transmisión sexual.



La población rural tiene un contacto más próximo y temprano con el mundo del trabajo que la población urbana. Estos trabajos están, en la mayoría de los
casos, vinculados con la agricultura familiar, lo que explica la existencia de muchos trabajadores no remunerados.

Si una de sus consecuencias es la migración, quienes permanecen en las zonas rurales deben optar por las actividades múltiples que combinan el trabajo rural en la
finca familiar, con ocupaciones distintas.

En el plano educativo, se observa desde mediados de la década pasada que, en la mayoría de los países, se ha producido un incremento de la cobertura educativa.

El área rural es donde más ha avanzado la cobertura de la educación secundaria en la última década, diez veces más que en la zona urbana.


Poblaciones rurales son poblaciones pequeñas, dispersas y, en muchos casos, aisladas, lo que impone una especificidad a la oferta educativa rural. El otro desafío, tal vez menos abordado, es cultural. De acuerdo
con una nueva consideración sobre la realidad rural, las identidades de los adolescentes y los jóvenes en dicho ámbito estarían experimentando transformaciones cruciales.

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